Castilla-La Mancha acaba de ser declarada oficialmente por la Comisión Europea indemne de brucelosis bovina, enfermedad de la que no se ha confirmado ningún caso en la región desde el año 2012. Concretamente fue el pasado día 19 cuando el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos, compuesto por representantes de todos los Estados miembros y presidido por un representante de la Comisión Europea, informó favorablemente la declaración de Castilla-La Mancha como región indemne de brucelosis bovina, según publica Finanzas.

Esta noticia ha sido valorada por la directora general de Agricultura y Ganadería de Castilla-La Mancha, Cruz Ponce, quien en una nota ha atribuido el logro al esfuerzo realizado por la región en la erradicación de esta enfermedad. Dicha erradicación supone “un estímulo tanto para las administraciones públicas como para los sectores productivos y una mejora del status sanitario que implica una flexibilización de algunas medidas, como saneamiento anual a los bovinos mayores de veinticuatro meses en el 20% de los rebaños y movimientos de animales sin necesidad de chequeos previos”.

Asimismo, según Ponce, “supone un innegable aporte a la salud pública, al tratarse de una zoonosis”, que está asociada fundamentalmente al ámbito rural y ganadero y cuya incidencia en humanos ha descendido drásticamente en los últimos años debido al éxito de las campañas de saneamiento.

La declaración de Castilla-La Mancha como libre de brucelosis no será firme hasta que se publique en la Decisión 2003/467/CE, por la que se establece el estatuto de determinados Estados Miembros y regiones de Estados Miembros oficialmente indemnes de tuberculosis, brucelosis y leucosis bovina enzoótica en relación con rebaños bovinos.

Desde 2012 hasta la actualidad no se ha confirmado ningún caso de brucelosis bovina en Castilla-La Mancha y al menos el 99,8% de los rebaños han logrado mantener anualmente el estatus de rebaño oficialmente indemne de brucelosis y no se ha registrado ningún caso de aborto por brucelosis ni de aislamiento de ‘B. abortus bacterium’ durante más de cinco años.