Varias Asociaciones y colectivos del sector agrícola y ganadero español han calificado de inadmisible el informe publicado por el Ministerio de Consumo

Por si fuera poco lo que está viviendo nuestro sector, que intenta avanzar y sobrevivir en un día a día colmado de adversidades, llega un nuevo informe firmado por el Ministro de Consumo Alberto Garzón, que lejos de establecer vías de diálogo, con mejoras y soluciones para evitar el hundimiento del pilar fundamental en la economía española – como son la agricultura y la ganadería (fuentes de la alimentación esencial de primera necesidad de nuestra sociedad y sustento de miles de familias y cientos de empresas), ahora vuelve con un nuevo ataque, cargado de culpa a través de cifras que apuntan a que los grandes males ecológicos en nuestra sociedad, casi casi en nuestro planeta, son el fruto de regar nuestras tierras y de generar alimentos de PRIMERA NECESIDAD como la leche, los lácteos y la carne, entre otros como los cereales, legumbres, frutas, hortícolas,…

La propuesta del Ministro es la de comer menos carne y lácteos para reducir la huella de consumo en España, en base a este estudio que nos convierte en el primer país de la U.E. en analizar este aspecto. Apoyados en los antecedentes, parece que existe la voluntad de justificar, sí o sí, que la alimentación es la responsable de más de la mitad del impacto ecológico en nuestro país.

Evidentemente, estas declaraciones están generando la indignación y el miedo en muchas de las miles de familias españolas, que viven de producir los alimentos esenciales de nuestra dieta. Y que pueden seguir viéndose afectados como ya ocurrió no hace mucho, debido a la opinión vertida por el ministro Garzón fuera de nuestras fronteras.

Citando la información que publica al respecto ASAJA Córdoba: “Conviene recordar que la agricultura y la ganadería mantienen paisajes y ecosistemas únicos y que, además, es el mejor aliado para el cambio climático, al ser el único sector económico que es sumidero de CO2 y ser la actividad económica que mantiene la población en el medio rural. Por tanto, es la mejor herramienta para luchar contra el despoblamiento”.

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