La anunciada negativa de UPA y COAG de suscribir el acuerdo lácteo puede tener más repercusiones de las previstas inicialmente, ya que han dejado la puerta abierta a nuevas movilizaciones si no se modifican algunos de los aspectos recogidos en ese acuerdo, aunque también se muestran abiertos a negociar si se recogen sus peticiones, según publica Agroinformación.

En una comparecencia conjunta, ambas organizaciones han dejado claro que el acuerdo lácteo deja “desamparado” a los productores e insisten en exigir no ya “un precio fijo, sino uno sostenible”. El secretario general de COAG, Miguel Blanco, ha sido claro al señalar que “el texto firmado es una mera declaración de intenciones, generalista e inconcreta no da ningún tipo de seguridad jurídica a los productores”. El secretario de Ganadería de UPA, Román Santalla, resaltó que el sector se encuentra “en quiebra y hay que buscar medidas para salvarlo”.

Ambas organizaciones agrarias reclaman más que un precio mínimo para la leche, un precio sostenible, que cubra los costes de producción del ganadero, y cuya definición esté recogida en el acuerdo lácteo.