La carne fresca de vaca y buey de Galicia contará con la etiqueta de Indicación Geográfica Protegida (IGP) para controlar las condiciones de obtención del producto, tales como que los animales deben nacer, criarse, engordarse, sacrificarse y despiezarse dentro de la propia comunidad, según publica La Voz de Galicia.

El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó una resolución de la Xunta por la que se da publicidad a la solicitud de registro de esta IGP, un certificado inferior a la Denominación de Origen que la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, ha calificado como “útil para preservar y poner en valor estas producciones”.

La Xunta explicó que para que la carne tenga este certificado “deberá presentarse refrigerada, sin que pueda ser congelada a lo largo del proceso de obtención y comercialización”. Además, las vacas deberán ser hembras que hayan pasado por un período de gestación, y los bueyes tendrán que ser castrados antes del año de vida y sacrificados antes de los 48 meses de edad.