La subida de los costes de alimentación ante la escasez de paja y forrajes causada por la sequía, unido a las nefastas previsiones de cosecha, están haciendo que muchas ganaderías quieran sacrificar animales para poder resistir sin arruinarse.

Esta grave situación además está desbordando a los mataderos, que en muchos casos están dando casi un mes de espera, duplicando la tasa de sacrificios habituales en esta época del año.

Lamentablemente, muchos de los animales que se están sacrificando son jóvenes, productivos y están perfectamente sanos, lo que resta aún más la capacidad económica de las ganaderías más afectadas, ya que tendrán que renunciar a la producción (de leche y de carne) y a la cría de futuros terneros y vacas nodrizas. Los ganaderos jóvenes que están recién incorporados a la actividad y con créditos bancarios importantes, están sufriendo esta coyuntura que muy posiblemente lleve a muchos a una posible ruina económica.

Así las cosas, ahora mismo todos los ojos están puestos en el cielo esperando las ansiadas lluvias y los ganaderos y agricultores también se agarran a las ayudas que puedan llegar desde el Gobierno, como las que se han anunciado la semana pasada (VER NOTICIA).

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