Tenemos que parar y sentarnos a reflexionar, ¿qué está pasando?, ¿qué se está haciendo o qué no se está haciendo?

No podemos quedarnos callados ni “acostumbrarnos” a que cada año haya en nuestros campos fuegos tan atroces, devastadores, destructores, como el de la Sierra de la Culebra (Zamora) o el de Nava la Cruz (Ávila) del año pasado y otros tantos a los que no se le da tanta repercusión, pero que son tan dañinos como cualquiera.

El ser humano está provocando estos incendios de manera directa (intencionados) y de manera indirecta (alimentándolos). No se hace una gestión adecuada del monte, cada vez somos menos los que vivimos en los pueblos y es más difícil conseguir permisos para cortas, podas, desbroces, etc., todo por la burocracia. Las leyes hechas en la ciudad están matando a la gente de los pueblos y los que en ellos vivimos somos muy conscientes de que “los fuegos se apagan en el invierno”. Hay que limpiar caminos, veredas, cauces, hacer cortafuegos, favorecer la ganadería extensiva con su pastoreo, etc. La aplicación de estas medidas favorecería el empleo y la creación de puestos de trabajo durante todo el año (con tanto paro que tenemos), no solo en verano. Se fijaría población en las zonas rurales y a la larga, se ahorraría dinero y muchas desgracias en nuestros campos y en nuestras vidas.

La Administración está abandonando a la gente del medio rural, de los pueblos, por favor, escúchennos, solo hay que aplicar el sentido común. Es el momento de actualizar y hacer un plan agrosilvopastoral efectivo que, de vida a nuestros campos, a nuestro medio ambiente, a nuestro futuro en el mundo rural y que ayude a evitar la propagación de los fuegos.

Asociación de Ganaderos 19 de Abril 23/06/2022