¡Cómo nos cansamos de leer ciertas tonterías por ese mundo tan variado y tan catatónico que resulta en ocasiones Internet! Las continuas referencias, que en ocasiones se quieren vestir de noticias serias o de reportajes rigurosos, sobre la pretendida leche de soja o de otros vegetales son realmente inaguantables. Vamos a decirlo muy claro, una vez más, para que nadie se lleve a engaño. La soja no es leche. La leche sólo sale de las especies mamíferas. Nada más. El resto son líquidos, pero nunca podrá presumir de ser leche.

La semana se nos atragantó a los canallas de VACUNO DE ÉLITE a mitad de camino por una noticia en el periódico mexicano Vanguardia. “En los últimos años, fuentes alternativas de leche han comenzado a perturbar la industria lechera, desde la soja a la almendra hasta el arroz. La última contendiente para el espacio en su refrigerador es la leche hecha de chícharos amarillos”. ¡Error! Muy mal empezamos. No son “fuentes alternativas de leche”, porque no es leche. Por cierto, los chícharos amarillos son lo que conocemos en España como garbanzos.

Eso sí, esta noticia da dos datos preocupantes. Una que este líquido de garbanzos ya ha encontrado una fuerte fuente de financiación en Silicon Valley, y en esta máquina de la innovación del imperio estadounidense no apuestan por algo si no saben que probablemente será un beneficio. La otra nota que da para pensar es que el consumo de leche en Estados Unidos se ha reducido en un 7,1% en los últimos años.

Menos mal que de este pesimismo nos saca el periódico Clarín. Como siempre, los argentinos son los maestros del periodismo en los titulares. Muy elocuente. Y nos adherimos completamente. “¿Desde cuándo se puede ordeñar a la soja?”