El debate está servido desde hace décadas. ¿Están las cooperativas adaptadas a nuestro tiempo para ofrecer servicios que aporten rentabilidad a los ganaderos? ¿Es la transformación un paso imprescindible para aportar ese valor añadido que el productor necesita?

La referencia fuera de nuestras fronteras también está clara desde hace mucho tiempo. No es otro que el gigante Arla Foods. Quizás no hace falta llegar a esos niveles de penetración en el mercado, pero sí que es cierto que las cooperativas deben tener más protagonismo, al menos en el sector del vacuno de leche.

La anunciaba recientemente Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, cuando clausuraba por videoconferencia la asamblea general de Cooperativas Agro-alimentarias de España, donde subrayó la dimensión empresarial del modelo cooperativo, empresas a las que animó a seguir ganando en dimensión, digitalización y diferenciación. El ministro señaló que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha mostrado la necesidad de avanzar en mecanismos que permitan producir más y mejor con menos recursos, aprovechando las posibilidades que ofrece la economía verde. “Se trata de situar al sector en una posición preferente para alcanzar la sostenibilidad económica, social y medioambiental, como fórmula para encarar los retos de futuro”, señaló Planas.

Es cierto que hay cooperativas que han dado un inequívoco paso adelante. En Galicia, las principales entidades se dieron cuenta de que debían unir sus fuerzas y ahora caminan más firmemente. Quizás ese sea el camino.