Ya ha finalizado la vorágine de las fiestas navideñas. Una época en la que los días festivos se acumulan, las buenas caras y las mejores intenciones son la constante de nuestra sociedad y se hace balance de lo que ha ocurrido en el año que termina, además de realizar las previsiones para el ejercicio que arranca.

Seis días después de la festividad de los Reyes Magos que es la que pone el colofón a la Navidad, la mente ya está lo suficientemente fría para que el ardor de las fiestas haya pasado a segundo plano y sea el momento de plantearse buenas intenciones para el año 2019, pero en este caso de una manera mucho más objetiva y menos impulsiva.

Por eso, es buen momento para sentar la base del trabajo de los próximos meses, todavía con la ilusión de estrenar los primeros días del calendario anual. En el sector agroganadero, y más en concreto en el vacuno de nuestras entretelas, también se puede aplicar este protocolo. Pero en esta ocasión, los canallas de la jornada sabatina de Vacuno de Élite queremos dar un toque de atención a los propios productores, porque faltan muchas asignaturas por aprobar en el sector y no estaría mal que en 2019 se fueran poniendo las primeras piedras para solucionar esos problemas.

Se deben dar pasos decididos para concentrar la oferta, para seguir captando valor añadido con el método de ir avanzando en la cadena de valor. Es imprescindible que se produzca de cara al mercado y no se puede dejar más la necesidad de que los consumidores perciban los valores de la producción primaria. Es tarea de todos y cada uno de los ganaderos también puede realizar su parte de la tarea. Por un futuro lleno de esperanza para todos.