La desescalada se ha convertido en el concepto de moda. Las diferentes fases en las que cada parte del territorio nacional va avanzando en el proceso de desescalada que pretende olvidar, aunque sea hasta el próximo rebrote, el maldito recuerdo del coronavirus, nos hacen volver poco a poco a la realidad. Ya se puede recoger comida en prácticamente todos los restaurantes, en algunas zonas ya se puede consumir en terraza… e incluso la fase 2 permite comenzar a abrir la hostelería.

Los españoles vamos a poder ir diversificando nuestro consumo y no centrarnos únicamente en las compras en los grandes almacenes. En estos momentos, resulta importante apoyar a nuestros productores. Consumir quesos que hayan sido elaborados con leche nacional, comer carne de terneras criadas en nuestras dehesas… Se lo merecen. Han estado trabajando y sirviendo al mercado en los momentos más difíciles de la pandemia, cuando el miedo hacía que muchas personas no pudieran siquiera salir de casa.

Estas peticiones se han multiplicado en el sector desde hace semanas. Un buen ejemplo es lo que comentaba Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía: “A los consumidores, se pide primar el producto nacional sobre el de otros orígenes y, si es posible, el producto de cooperativa. Solo en Andalucía existen 660 empresas cooperativas, de cuya rentabilidad depende directamente el futuro de 286.000 familias en la región; de miles de agricultores y ganaderos que viven, producen y fijan población y riqueza en la comunidad. Igualmente, cerca de 40.000 empleos están sujetos a la actividad de las cooperativas andaluzas, sin contar aquellos en las explotaciones de los socios y en empresas auxiliares del sector”.