ASAJA pide que la prevalencia no sea el ratio de comparación en la tuberculosis
La tuberculosis bovina, en especial las pruebas para detectarlo y los indicadores que determinan esta enfermedad, siguen enfrentando seriamente al Ministerio de Agricultura con el sector ganadero. En un encuentro de Sanidad Animal entre representantes de ASAJA y del Magrama se pusieron sobre la mesa la evidencia sus discrepancias y la manera de afrontar este problema, tanto en la forma como en el fondo, según publica Agroinformación.
Así, por ejemplo, según los últimos datos proporcionados por el Magrama correspondientes a finales de 2015 la prevalencia ha resultado ser de un 2,81% de media (en 2014 fue de 1,72%). Este aumento de prevalencia respecto al 2014 se ha debido fundamentalmente a una mayor prevalencia en las explotaciones de Extremadura con un 12,23% y un 17,24% de prevalencia en explotaciones de Andalucía.
Sin embargo, el representante de Asaja Cádiz, Manuel Vázquez, se mostró muy contrariado porque que el dato de prevalencia “no es objetivo y no puede utilizarse como comparativa entre las diferentes CCAA dado que el tamaño medio de los rebaños es diferente en las diferentes zonas de España”.
En el caso de Andalucia y Extremadura cuyas explotaciones son de mayor tamaño que la media nacional, la probabilidad de que se detecte un animal positivo de tuberculosis bovina en una explotación es mayor que en comunidades con explotaciones más pequeñas por lo tanto la prevalencia tenderá a ser mayor cuanto mayor sea la base del rebaño.
Sin embargo, el responsable agrario defendió que en los datos de prevalencia no se tiene en cuenta el tamaño de la explotación ni el número de animales positivos detectados, si no el número de explotaciones positivas del total de la comunidad autónoma cosa que a juicio de Asaja distorsiona sensiblemente los datos reales de positividad.
Sin embargo, el Ministerio ve difícil cambiar la unidad epidemiológica al ser un criterio aplicado de forma homogénea en el resto de Europa. En este sentido, el Magrama recordó que la UE chequea las campañas sanitarias anualmente y, si no se cumplen los resultados fijados para el 2018, la cofinanciación “podría verse comprometida”.
Asimismo, en el encuentro, desde ASAJA se trasladó que las pruebas de la tuberculosis bovina continúan generando desconfianza a los ganaderos debido a “que está ampliamente extendido el hecho de que se marcan en las explotaciones falsos positivos, no detectándose posteriormente al sacrificio ningún resultado que demuestre la positividad real del animal”. En este caso, los costes se ven incrementados y repercuten de lleno en la rentabilidad de las explotaciones.