Andalucía incrementa un 28,5% las ayudas para sanidad animal

La Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía ha reforzado su apuesta por la sanidad animal con nuevas órdenes de ayudas y un incremento sensible de las partidas destinadas en los presupuestos de 2018. En concreto, respaldará la labor de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) de Andalucía (con las que se han mantenido varios encuentros en las últimas semanas) en la ejecución de los programas sanitarios con una dotación de nueve millones de euros, un 28,5% más que en 2017 para dar nuevos pasos en busca de poner cerco y acabar con las enfermedades que afectan o pueden afectar a las cabañas de la comunidad autónoma.

La interlocución permanente y la estructura de cooperación público-privada que conforman las ADSG (77 en toda la comunidad que abrigan a más de 27.000 explotaciones) y la Consejería son, en este punto, responsables directos de la buena salud que define al conjunto de la ganadería andaluza. No en vano, el esfuerzo compartido y el rigor de los programas de control y erradicación han derivado, por ejemplo, en la eliminación de la brucelosis en la cabaña bovina y en avances considerables en el caso de la ovina y la caprina, objetivos prioritarios de la política sanitaria a raíz de la detección de cuatro decenas de explotaciones positivas en 2016 en Málaga, Jaén, Granada y Almería. Asimismo, ya se han iniciado las actuaciones pertinentes para solicitar que se califique a Huelva y Cádiz como provincias oficialmente indemnes.

No es muy distinto el caso de la lengua azul, un campo en el que los planes obligatorios de vacunación han permitido neutralizar su impacto en las explotaciones. La Consejería ha adquirido este año 15 millones de dosis contra los serotipos 1 y 4 por un importe de más de tres millones de euros para su aplicación en 2017 y 2018. Con ello, se ha conseguido que la presencia de la enfermedad no implique ninguna restricción al movimiento de animales, con la consecuente disminución de las pérdidas ocasionadas a los ganaderos. La labor de prevención y vigilancia que se lleva a cabo en Andalucía, en definitiva, da muestras así de su eficacia.

La lucha contra la tuberculosis bovina ha dado lugar, por su parte, a un notorio descenso de la incidencia registrada en animales en el último año. Así, en 2017 ha pasado a afectar al 0,8% de las reses, frente al 2,2% con el que se cerró el ejercicio 2016. Empiezan a verse, en consecuencia, los resultados de una intensificación de los controles y una mejora de la sensibilidad de los medios de diagnóstico que han acercado más a la realidad del problema y han llevado a una reducción drástica de todos los índices epidemiológicos.

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