La prevención de riesgos laborales en la ganadería

Muchas actividades relacionadas con la ganadería obligan a trabajar en contacto con los animales de granja, ya sea para darles de comer, para ayudarlos a parir, para inseminarlos o para controlar su estado de salud o su gestación y lactancia. La proximidad con estos animales, llamados domésticos, puede comportar lesiones que en ocasiones son importantes. Los animales que provocan la mayor parte de accidentes son toros, vacas, terneros de engorde, mulas y caballos, cerdas y verracos. La característica común es que se trata de animales pesados, que con un simple movimiento pueden provocar lesiones importantes.

Los accidentes más comunes son las producidas por coces (bovinos y equinos), pisadas (bovinos y cerdos), cornadas (bovinos y cabras), mordiscos (cerdos y caballos), golpes, aplastamientos, embestidas, etc. Las hembras de estos animales, durante el período de gestación y especialmente en el amamantamiento se muestran particularmente agresivas para proteger a sus crías. Los machos son más agresivos en el período de reproducción, especialmente si hay hembras en celo.

Los animales habituados a contactos periódicos con personas generalmente son más mansos y menos peligrosos. Siempre hay que tener en cuenta que cada animal es diferente y siempre pueden aparecer comportamientos agresivos imprevisibles. También hay que destacar que muchos animales pueden causar lesiones importantes sin ánimo de hacer daño: una pisada involuntaria de una vaca, o una caricia de un verraco con sus potentes colmillos pueden provocar daños de consideración.

 

¿Cómo se puede evitar?
Para prevenir los accidentes con animales hay que tomar las medidas de prevención siguientes:
– Evitar siempre que se pueda el contacto directo con animales; eso se consigue hoy en día en muchas granjas más o menos modernas favoreciendo el manejo de los animales desde el exterior del recinto donde están, especialmente todo lo relacionado con dar de comer y beber.
– Utilizar sistemas de contención y separación entre animales y personas, como por ejemplo las jaulas en las cerdas, inmovilizadores de cabezas de vaca en controles zoosanitarios, utilizar pasillos especiales para vacunar o extraer sangre de terneros desde una zona segura, etc.
– Las personas que trabajan con los animales deben conocer su tarea, las reacciones de miedo y defensa de los animales y sus comportamientos maternales o sexuales.
– Hay que evitar entrar en el recinto de forma brusca o hacerlo por lugares o zonas donde el animal no tiene visibilidad, con el objetivo de no provocar movimientos súbitos que puedan provocar lesiones.
– Adoptar siempre actitudes tranquilas en el trato con los animales, evitando estresarlos o asustarlos.
– Utilizar calzado de seguridad para prevenir pisadas.
– Tener identificados a los animales más peligrosos o agresivos y extremar las medidas de prudencia en su manejo.
– No entrar una persona sola en un establo con animales peligrosos; siempre se debería en compañía de otros trabajadores que puedan auxiliar en caso de necesidad.

Fuente: Generalitat de Cataluña

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