Las novillas de Rubia Gallega de la subasta de Adai alcanzan un precio medio de 2.650 euros
El recinto ganadero de Adai, en el municipio de O Corgo, acogió la edición número 90 de la subasta nacional de ejemplares de raza Rubia Gallega, organizada por Acruga. En esta ocasión, los animales presentados a concurso procedían de explotaciones ganaderas particulares y de la nave de testaje de la asociación que preside César Dorado. Las pujas corrieron una suerte muy diferente, ya que mientras las novillas preñadas fueron adjudicadas en precios muy elevados, de los cuatro novillos subastados, tres quedaron desiertos. El alto precio pagado por las hembras supuso que a la larga, la subasta rematara con un precio medio de 2.650 euros.
El tiempo acompañó y como suele pasar, y más en el recinto ganadero de Adai, favoreció la gran afluencia de público a esta nueva subasta organizada por la Asociación de Criadores de Raza Rubia Gallega. De hecho, un total de 28 personas sacaron la tarjeta que les permite pujar por alguno de los ejemplares. Las primeras en salir a subasta fueron las novillas pertenecientes a distintas explotaciones de ganaderos particulares. La primera de ellas, de la ganadería Castroncán, de Samos, fue la que logró mayor cotización al adjudicarse en 3.500 euros a un ganadero de Castroverde. Este animal partía con una altísima calificación en el libro genealógico, como suele ser habitual en los ejemplares que presenta Manuel López Quiroga, uno de los socios de Acruga con más distinciones y premios en su haber por las excelentes cualidades de sus reses. La segunda novilla de la mañana se adjudicó por 2.300 euros a un ganadero de Palas de Rei; la tercera fue vendida en 2.550 euros a un criador de Paradela, mientras que la última se adjudicó en 2.250 y fue a parar a una exploración de Pedrafita do Cebreiro.
En definitiva, precios por encima de los de salida y muy buenos resultados para la subasta de estos cuatro ejemplares. No ocurrió lo mismo con los novillos, dos de la nave de testaje de Acruga y otros tantos procedentes de ganaderías particulares. Tres de los cuatro presentados a subasta quedaron desiertos y únicamente se vendió el animal perteneciente a la ganadería de Manuel Fernández Rodríguez, que, con un precio de salida de 2.000 euros, fue vendido en 2.750 a un comprador de Castroverde.