Ha llegado el otoño a nuestras vidas. Oficialmente, ya estamos en la estación en la que el tópico dice que se caen las hojas de los árboles, nos preparamos poco a poco para recibir las festividades navideñas y nos vamos despidiendo de las altas temperaturas, salvo algunas excepciones como el renombrado ‘veranillo del membrillo’, que pocas veces falta a su cita coincidiendo con el paso del mes de septiembre a octubre.

Como veis, otoño es sinónimo de muchas cosas. Aunque para los canallas de VACUNO DE ÉLITE, a los que nos dejan asomar de semana en semana cuando la tranquilidad del sábado triunfa sobre los quehaceres de los días de diario, otoño es fundamentalmente sinónimo de ferias ganaderas. La Feria de Salamanca, en la que tan bien nos sentimos arropados por nuestros lectores, pone tradicionalmente el punto de inicio a esta vorágine de eventos que se celebrarán aproximadamente hasta el mes de noviembre. Las citas de Zafra (Badajoz) o Trujillo (Cáceres) son algunas de las más señaladas, aunque tampoco debemos olvidar el Concurso Nacional de Frisona en Gijón o las diferentes subastas nacionales o autonómicas que se realizan por todo el territorio español.

Es momento de que el sector luzca palmito. Se impone entre los consumidores urbanitas la moda de lo natural, lo ecológico… Más natural que nosotros, el sector vacuno, hay pocas cosas. Debemos sentirnos orgullosos de mostrarlo en todas esas ferias ganaderas que se deberían abrir más a los ojos de la sociedad en general. Que nos vean y conozcan nuestra forma de trabajar. Porque ser más natural que nosotros… eso es imposible.