Pirenaica
Características morfológicas principales
Es una raza de perfiles rectos dominantes, sin descartar algunas individualidades subcóncavas más aparentes o menos disimuladas por la depresión frontal que condiciona a las órbitas salientes. El tamaño entra en límites medios, después de abandonar la subhipermetria y las proporciones son mesolíneas. Es una raza predominante de aptitud cárnica.
Historia y ubicaciones principales
Esta antiquísima raza lleva el nombre del área geográfica de su procedencia y mayor asentamiento actual.
Actualmente se localiza en las Comunidades de: Navarra, Comunidad Autónoma Vasca, Aragón, Cantabria, Cataluña, La Rioja y en las provincias de Soria, Cáceres, Burgos, Castellón y Madrid, aunque el mayor censo de población se encuentra en Navarra y País Vasco.
Ventajas de la raza
La Raza Pirenaica es una raza especializada en la producción de carne que se desenvuelve en zonas de montaña aprovechando pastos. El engorde de los terneros para su sacrificio se realiza en las propias explotaciones a base de concentrado y paja generalmente. Como curiosidad se mantiene cierto uso como bueyes para el arrastre de piedras (deporte rural) en algunos lugares del País Vasco.
Sistemas de explotación
Las explotaciones eran normalmente de tipo familiar, con un tamaño medio en torno a los diez animales, aunque actualmente la tendencia es a que sean mayores superando las veinte vacas; alcanzando incluso las cien.
En consecuencia, el régimen de explotaciones de la Raza Pirenaica, en climas tan rigurosos como el Alpino, ha logrado una selección natural caracterizada por su perfecta aclimatación, buen estado sanitario, buena aptitud cárnica y precocidad cuando la alimentación está regularizada. Estos factores vitales positivos representan una barrera para otras razas invasoras. En cambio en climas más benignos pueden ser desplazadas por otras razas que se han aclimatado mejor.
La Raza pirenaica está principalmente adaptada a ambientes montañosos, aunque también se cría en ambientes suaves y húmedos cerca del mar, en la cornisa cantábrica, y en otros mucho más extremos como el Maestrazgo de Teruel y la Dehesa extremeña.