A la difícil situación del ovino se ha sumado el vacuno, el cochinillo y el cerdo ibérico. Al estrangulamiento del canal Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías), se ha sumado también la brutal caída del consumo en los lineales de los productos de mayor precio, calidad o productos gourmet. En consecuencia la Distribución no centra su interés en los productos menos demandados con lo que acelera todavía más el impacto, según denuncia Asaja Huesca.

Por otro lado, la no cotización de algunas lonjas ha permitido a los especuladores tener la ‘tormenta perfecta’ para hacer su especial agosto. Esta no cotización está siendo también muy  contraproducente para bajar precios gratuitamente ante la inminente celebración del Ramadán.

Otro de los aspectos que está incidiendo gravemente es la no cotización de las pieles. Algunas comunidades autónomas han decidido no permitir trabajar a las fábricas de pieles por no considerarlas ‘esencial’ en este momento. Nada más lejos. La piel supone en torno a un 12% del valor del cordero y entre 25‐30 euros por ternero. El cierre de estas industrias está rompiendo la ‘cadena alimentaria’ en estas producciones.