Así consumimos carne de vacuno en España
La carne de vacuno es una de las grandes piedras culinarias de la gastronomía española. Forma parte desde tiempo inmemorial de la tradición de las cocinas, ya que el ganado vacuno ha sido nota predominante en prácticamente toda la geografía nacional, vinculada de una forma estricta al mundo rural y con una multitud de razas distribuidas por la geografía peninsular.
Sin embargo, desde hace algunos años, lo cierto es que el consumo de carne de vacuno está perdiendo algo de protagonismo… y los datos así lo afirman. Según el último Panel de Consumo Alimentario del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), el consumo de carne de vacuno fresca en los hogares españoles se ha reducido en el último año un 3,5%, con datos actualizados hasta el mes de noviembre de 2017. Las razones pueden ser múltiples, aunque desde el sector se achaca con insistencia a la pérdida de poder adquisitivo de las familias, lo que ha llevado a tener menos preferencia en los lineales de los supermercados y en las carnicerías con una carne que no puede competir en precio con otras especies, aunque destaca por su alta calidad y sus grandes propiedades.
Además, es necesario acudir al perfil del consumidor de carne de vacuno para dibujar las perspectivas que puede tener este mercado en los próximos años. La web Interempresas lo dibujaba así hace unos años: “El perfil del hogar consumidor de vacuno es el formado por más de tres o cuatro miembros, parejas con hijos mayores y de edad media, así como por parejas adultas sin hijos y retirados. También la consumen parejas de rentas medias altas, con un responsable de la compra mayor de 50 años. Galicia, Castilla y León, País Vasco y Cantabria son las comunidades autónomas más consumidoras, mientras que Murcia y Extremadura son las que menos productos de vacuno consumen”. Salta a la vista que hace falta renovarse en las presentaciones de la carne con la misma calidad para frenar la caída del consumo.