“Dolor” y “abandono” en el sector lácteo en el primer año sin las cuotas

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha valorado “muy negativamente” el resultado de la eliminación de las cuotas lácteas por parte de la UE, ahora que se cumplen doce meses desde la liberalización total del sector.

En este primer año sin cuotas, las entregas de leche se han incrementado un 6,5%, y los precios han caído un 9,9%. El análisis de los datos realizado por UPA, que se centra en el periodo de diciembre 2014 a diciembre de 2015, pone de relevancia que más de 600 granjas lácteas echaron el cierre el pasado año.

“Es un drama”, aseguran en UPA. “La eliminación de las cuotas se está llevando por delante una cantidad inasumible de explotaciones”. Los cierres se están centrando, según esta organización, en las granjas más vulnerables, como son aquellas de reciente creación, modernas, de gente joven, debido a que su mayor endeudamiento las hace especialmente frágiles.

“La industria láctea ya no está obligada a comprar a quien tiene cuota láctea, sino que puede realizar una selección de suministradores”, denuncian desde UPA. Se está produciendo una “clara deslocalización” de la producción, de modo que las explotaciones más grandes y cercanas a los centros de transformación son más deseadas por la industria láctea en detrimento de explotaciones de menor tamaño y alejadas.

Los ganaderos lamentan que el Ministerio de Agricultura, “lejos de asumir la gravedad del problema, apoye lo que algunos llaman reestructuración del sector y nosotros llamamos drama”, afirman. La destrucción de tejido económico y social en determinadas áreas se está produciendo: comarcas enteras en toda España dependen de un sector que ahora ve peligrar seriamente su futuro.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos cree que el establecimiento de mecanismos de gestión de crisis suficientes, el apoyo a las explotaciones más vulnerables y el cumplimiento exhaustivo de los compromisos del último ‘Acuerdo Lácteo’, junto con la puesta en valor de los productos del país y una apuesta de la industria láctea por la innovación y modernización “son recetas imprescindibles para el futuro inmediato”.

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