Luis Planas ha pedido coherencia a la Comisión Europea para que se revise la directiva de Emisiones Industriales y mantiene que está fuera de lugar, teniendo en cuenta entre otros factores, la grave situación coyuntural de aumento de precios de las materias primas debido a la invasión rusa en Ucrania.

El Ministro en su crítica, tildó de irreal que según el borrador publicado por la Comisión Europea, por ejemplo, una explotación ganadera de 150 vacas se someta a las mismas normas que la industria química.

Esta revisión multiplicará por diez el número de ganaderías que se incluyan bajo la normativa de «instalaciones de ganadería industrial», que anteriormente solo contemplaba las explotaciones de mayor tamaño, lo que implica cumplir un protocolo muy costoso con las posibles consecuencias de cierres que agravarían aún más la crisis del sector ganadero.

Estas decisiones se han justificado y se defienden por parte de la Comisión, como una medida que solo afectará a un pequeño porcentaje de explotaciones ganaderas, aunque la realidad está muy alejada de esta valoración, ya que el umbral arbitrario de ‘150 unidades de ganado’ afecta a miles de ganaderías en Europa.

Esta modernización de la normativa de la UE sobre emisiones industriales tiene como objetivo orientar a la gran industria en la transición ecológica a largo plazo 

···Christiane Lambert, la presidenta del Copa, declaró: «Pese a las diversas crisis que se están acumulando, los ganaderos están haciendo un gran esfuerzo por adaptar sus prácticas y combinar de la mejor manera posible la productividad con el respeto del medio ambiente. El mero hecho de que la Comisión Europea califique hoy en día a las explotaciones familiares de ‘instalaciones agroganaderas industriales’ es una muestra de la gran confusión que rodea a la realidad ganadera. Esta reducción drástica de los umbrales asestará un duro golpe al modelo europeo de agricultura y ganadería familiar, y creará costes y trabas suplementarios».

···Ramón Armengol, el presidente de la Cogeca, se preguntaba lo siguiente: «¿Cómo van a lidiar las explotaciones ganaderas familiares con la avalancha de requisitos que la Comisión quiere exigir en el marco del Pacto Verde Europeo (y sin ninguna evaluación de impacto al respecto? ¿Cómo se aplicará todo esto si ninguno de nuestros socios comerciales contempla medidas tan draconianas y sabiendo que los agentes de la distribución en la UE seguramente se nieguen a repercutir esos costes? La respuesta de la Comisión a todos estos interrogantes en su propuesta de revisión parece bien sencilla: ‘no sabe/no contesta’.»