Un estudio de campo de Zoetis sobre la ERB muestra la alta prevalencia de los patógenos implicados
Zoetis ha presentado recientemente los resultados de un ambicioso estudio de campo llevado a cabo en explotaciones de España sobre la prevalencia de la Enfermedad Respiratoria Bovina (ERB) en la producción de vacuno de carne y leche. El objetivo de Zoetis con este estudio ha sido el dar a conocer cuáles son los principales agentes involucrados en la ERB a nivel nacional, para poder optimizar la planificación de los programas sanitarios y vacunales, adaptándolos al estatus sanitario de las granjas.
En total, se han muestreado más de 100 explotaciones con un censo total anual de más de 300.000 animales. Unos datos que validan los resultados alcanzados en el estudio, dado el número de animales y número de muestras procesadas.
Se ha estudiado la prevalencia de los cuatro virus principales presentes en la ERB (virus de Rinotraqueítis Infecciosa Bovina (IBR), Diarrea Vírica Bovina (BVD), Respiratorio Sincitial Bovino (RSV) y Virus de la Parainfluenza 3 (Pi3)), así como de las bacterias más frecuentemente asociadas a este proceso: Mycoplasma bovis, Mannheimia haemolytica, Pasteurella multocida, Histophilus somni y Trueperella pyogenes.
Las principales conclusiones del estudio son que, tanto en vacuno de carne como de leche, los cuatro virus implicados en la ERB (IBR, BVD, RVS y Pi3) están presentes en toda la geografía española. En el caso del vacuno de leche esto es así incluso en zonas con control oficial de IBR. Además, la seroprevalencia intra-rebaño de todos ellos es alta en ambos sectores, y altísima en el caso de terneros de cebo (superando el 90% para Pi3). En vacuno de leche se observa además una asociación clara entre RVS y Pi3 y la presencia de ambos en zonas de vacunación con vacuna marcada. En bacteriología, se concluye que Mycoplasma bovis es la principal bacteria involucrada en brotes de ERB.
Una información de gran utilidad que reafirma que es fundamental tener en cuenta todos los patógenos que intervienen en la ERB – estando implicados más de cuatro -, y proteger y prevenir al ganado de forma integral frente a aquellos que con mayor frecuencia se presentan en las explotaciones. Lo que también permite a su vez llevar acabo un uso responsable de antibióticos, ya que este solamente es posible basarlo en una correcta bioseguridad, un buen manejo, un conocimiento concreto del mapa de prevalencias y un elevado estatus sanitario en la granja, a través de un buen programa vacunal y sanitario coherente con la epidemiología de la granja, de la región y del origen de los animales para que tenga éxito.