Los resultados de laboratorio que cotejaron los restos de las vacas muertas con los del forraje en la explotación de Carballo (La Coruña) que denuncia un envenenamiento de sus tierras son concluyentes: los niveles de presencia de metales pesados son muy elevados, de hasta 3,35 de níquel y 1,15 de cobre, además del mebezonio, y son prácticamente coincidentes en las necropsias y el forraje. Y si bien los primeros análisis no arrojaban dato anómalo alguno, el cambio de laboratorio fue clave para determinar, tal y como apunta José Félix Outes, el ganadero afectado, que el alimento que da a sus vacas había sido envenenado antes de llegar al silo, según publica La Voz de Galicia.

La mortandad en sus reses va a más y, solo espera que la Justicia arroje luz sobre quienes considera son los sospechosos de estos hechos y lamenta tener que haber arrojado la leche que estaba en el tanque ya que no iba a ser recogida por la industria láctea que le compra la producción.