Igor Ajuriaguerra gana el I Premio Europeo de Investigación sobre BVD

Igor Ajuriaguerra Arana, veterinario clínico de rumiantes en Veterinarios Asociados S.C. (Solares, Cantabria), ha ganado el primer premio ‘BVDzero Award 2016’, que concede la multinacional farmacéutica Boehringer Ingelheim, por un trabajo de investigación sobre la diarrea vírica bovina (BVD), una infección del ganado bovino causada por un pestivirus que presenta varias formas clínicas, desde casos subclínicos a casos agudos, que pueden provocar abortos, infertilidad, inmunosupresión y, de forma más espectacular, la enfermedad de las mucosas que es mortal.

Se trata de la primera edición de este premio europeo, dotado con 5.000 euros y al que se presentaron casi medio centenar de trabajos de numerosos países, muchos firmados por los expertos universitarios, investigadores y clínicos de mayor prestigio y reconocimiento internacional en estos momentos. El galardón fue adjudicado por un comité científico internacional igualmente de reconocido prestigio.

Ajuriaguerra recibió el galardón en Santander de manos del consejero Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria, Jesús Oria, en presencia de María Lasagabaster, jefe de la Unidad de Negocio Rumiantes de Boehringer Ingelheim y del presidente del Colegio Veterinario de Cantabria, Juan José Sánchez Asensio. Participó también en el acto Manuel Cerviño, doctor en Medicina Veterinaria (DMV), asesor veterinario de Rumiantes de Boehringer Ingelheim, que habló de la amenaza que supone la BVD para la rentabilidad del sector vacuno y explicó la situación en España.

Juan José Sánchez Asensio, por su parte, expresó el orgullo de la organización profesional cántabra por el galardón internacional concedido a uno de sus colegiados y puso de manifiesto que “este premio evidencia el alto nivel científico e investigador de los veterinarios en Cantabria, una faceta poco reconocida a nuestros profesionales, escasamente valorada e insuficientemente apoyada”, afirmó. Para Sánchez Asensio “es también un reconocimiento a la labor de los veterinarios clínicos que visitan todas y cada una de las explotaciones ganaderas de Cantabria para solucionar los problemas puntuales que allí se presentan, pero también para asesorarlas técnicamente de modo que sean más eficientes y viables, mejorando su rentabilidad”.

“En esa línea -continuó el presidente- nos gustaría aprovechar para reivindicar la figura del veterinario de explotación recogida en la Ley de Sanidad Animal (2003) y su desarrollo que, en Cantabria, hemos iniciado adelantándonos al resto de comunidades a través de la receta electrónica, pero a la que queda todavía un largo recorrido. No podemos olvidar que vosotros, los clínicos, sois los ojos de las redes de alerta sanitaria, elemento crucial para el control de las enfermedades. Más, si cabe, cuando la exigida especialización de todas las profesiones que traen los nuevos tiempos va alejando de esa labor a otros profesionales, los funcionarios públicos, que ocupaban ese espacio”.

La infección por BVD está muy extendida y provoca pérdidas económicas que a menudo se subestiman porque no siempre se pueden atribuir de forma clara a esta enfermedad. Los animales infectados de forma persistente son una fuente de pérdidas por sí mismos. No suelen alcanzar todo su potencial genético y generalmente presentan una menor ganancia de peso, una mayor sensibilidad a las enfermedades y una disminución de la fertilidad. Excretan el virus continuamente durante toda su vida, lo que provoca pérdidas relacionadas con la reproducción en los animales del rebaño que no están inmunizados. Por esta razón, los animales persistentemente infectados deberían identificarse y eliminarse del rebaño. Las infecciones por BVD también tienen consecuencias nefastas para la fertilidad, puesto que provocan un mayor riesgo de muerte fetal y embrionaria, lo que se traduce en unas tasas de concepción y gestación menores, así como en una disminución del rendimiento reproductivo.

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