En esta semana que termina, el sector primario ha sido protagonista en los grandes medios de comunicación generalistas. La razón han sido las importantes manifestaciones que los agricultores y ganaderos han realizado en diferentes lugares de la geografía española, convocados por las organizaciones profesionales mayoritarias a nivel nacional.

Resulta bastante desalentador que, para que se hable por parte de la mayor parte de la sociedad de los problemas que hay en el campo español, se tenga que recurrir por parte de los profesionales del campo a manifestarse de una forma tan llamativa. Una vez más, y por desgracia, se comprueba que los agricultores y ganaderos son los grandes olvidados de esta sociedad tan urbanita y que, en ocasiones, olvida que los productores de esos alimentos de calidad, sostenibles y seguros que consume, apenas están a unos kilómetros de distancia en el ámbito geográfico, aunque parecen años luz desde un punto de vista emocional. Con precios anclados en algunos sectores a lo que ocurría hace décadas, a nadie le parece importar lo que ocurre en la sociedad rural. Estaría bien que se prestara atención en otros momentos… no sólo cuando haya manifestaciones.

En este sentido, es llamativo que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) recordara que el sistema de seguros agrarios combinados cubría los daños de las tormentas, como los que está ocasionando la borrasca Gloria, que desde el pasado 19 de enero produjo daños de distinta consideración en cultivos y producciones acuícolas del litoral mediterráneo.

El propio Ministerio se acordaba en su nota de prensa de los cultivos leñosos, como los cítricos, las hortalizas bajo cubierta, los frutales, las hortalizas… incluso la acuicultura marina. Eso sí, de la ganadería extensiva no se acuerda nadie. Y hay que tener en cuenta que los desastres meteorológicos afectan a la ganadería extensiva en el momento que se está produciendo… y también en el futuro. Lo dicho: los grandes olvidados.