Aragón niega la apertura de una macrogranja de 20.000 terneros

El gobierno de Aragón no emite la licencia al ganadero solicitante ya que considera inviable la explotación por el excesivo gasto de agua y emisiones contaminantes

Ganados Jiménez Cambra, de Cadreita, originaria de Navarra, no podrá seguir adelante con el proyecto de macrogranja que pensaba ubicar en la localidad de Torralba de Aragón. El plan, ambicioso porque iba a configurarse como la segunda más grande del país, levantó todas las alarmas por sus efectos ambientales. Prometía crear 30 empleos e iba a necesitar una inversión de 8 millones de euros.

 “La explotación resulta inviable“, asegura el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), que es dependiente del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del gobierno autonómico. La resolución final, según informa Noticias de Navarra,  tiene en cuenta un “informe vinculante” de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) que no autoriza la toma de agua del canal de Monegros para el suministro hídrico. El organismo estima que el proyecto supone una traba en “el cumplimiento de los objetivos de calidad de las aguas“.

El otro argumento para tumbar el plan es el impacto que tendría en las emisiones contaminantes. La cría de animales, la gestión de estiércol (en una planta propia y el resto en una de Teruel) y el tránsito de vehículos pesados incrementaría los gases de efecto invernadero. Se considera que los efectos medioambientales negativos no se pueden obviar.

Una explotación de 20.000 terneros

El proyecto de Ganados Jiménez Cambra buscaba inaugurar una granja de cebo con capacidad para 20.000 terneros estructurada en 410 corrales y cinco lazaretos de 800 metros cuadrados, una superficie mayor a 33 hectáreas; varias naves, balsas y una depuradora.

Eduardo Bayona, de diario Público revela que la documentación presentada en la solicitud detallaba que los animales no iban a dormir sobre paja, gastarían unas 180 toneladas diarias de alimento y requeriría de 307 millones de litros de agua al año (similar a la que requiere un municipio de 8.000 habitantes).

Dados estos datos, los técnicos del Inaga creen que el impacto que tendría esta macrogranja sería crítico por los 73 millones de litros de purines que se generarían cada año. Además de la baja disponibilidad de agua, ya que no se autorizaba la captación de una demanda tan grande.

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