El mal de las ‘vacas locas’ cumple dos décadas sin casos humanos desde 2013

Fue la mayor crisis alimentaria que haya vivido la Europa moderna. Sacudió los mercados, llenó de temores las mesas de los consumidores, provocó una enorme depresión en el sector ganadero y una gran revolución en la legislación y en los controles de sanidad animal. Hubo reacción y los resultados llegaron, lo hicieron de forma seria y eficaz. El mal de las ‘vacas locas’ llenó congresos, noticias y fue sometido a un permanente balance de casos en bovinos y, por supuesto, de cada uno humano que aparecía en el mundo. Durante años fue un goteo en los medios de comunicación, según publica El Norte de Castilla.

Ahora, los datos avalan que la presencia de la encefalopatía espongiforme bovina está controlada en el ganado y no llega al mercado para su consumo; aunque todavía hay animales enfermos y aún no se puede descartar que aparezcan personas infectadas de forma esporádica.

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