El descenso de la demanda en los hogares ha provocado una caída de precios de la carne de vacuno, tendencia que se extiende por buena parte de Europa. Sin embargo, los animales adscritos a la IGP Ternera Gallega y las razas autóctonas de Galicia van sorteando ese bache porque, aunque ahora el consumidor come menos carne, el que lo hace quiere que sea buena, según señala La Voz de Galicia.

De hecho, la raza Rubia Gallega es una de las que escapa a la tendencia de precios a la baja. Al igual que otras razas autóctonas como la Cachena o la Caldelá cuya cría en extensivo está cada vez más valorada por el consumidor. De hecho, los precios son algo más altos que a estas mismas alturas de 2018, debido a que no hay suficiente sacrificio de animales. También se auguran nuevos ascensos en verano, porque son los meses de junio, julio, agosto y septiembre cuando, por los ciclos reproductivos de los animales, el número de terneros baja en las granjas.