Maíz pastone y máquina de almacenarlo

Pastone, una alternativa que alimenta

Bajo el nombre habitual de Pastone, pero siendo su nombre técnico en castellano GMHE, siglas de Grano de Maíz Húmedo Ensilado, este producto que aún es desconocido por algunos presenta ventajosas, sorprendentes y apetecibles cualidades para su obtención, o al menos su empleo, en la explotación ganadera.

Pero, ¿qué es el Pastone? La explicación es sencilla: es el producto ensilado de grano de maíz cuyo proceso comienza con la siega de la gramínea cuando esta se encuentra en estado lechoso, es decir, su grano es pastoso. La materia prima puede incorporar las mazorcas, o simplemente el desgranado obtenido de éstas. Tras el proceso de ensilado, el obtenido final, puede emplearse directamente para la incorporación a la ración preparada en el carro mezclador, o bien, destinarse a la producción de piensos junto con otros ingredientes.

Detallando el proceso productivo.

El requisito fundamental para lograr la producción de GMHE consiste en lograr las condiciones necesarias que permitan una fermentación láctica completamente anaeróbica, es decir, el trabajo de bacterias específicas cuyas condiciones metabólicas se ven definidas por la ausencia completa (o casi completa de atmósfera oxidante o con presencia de oxígeno). Además, un triturado adecuado del grano permite una mayor superficie específica de la materia, por lo que es una condición deseable para acelerar el proceso y aumentar su eficiencia, dado que permitirá a las bacterias actuar de forma más rápida en términos metabólicos.

Es de vital importancia de cara al resultado final escoger el estado fenológico preciso y las condiciones fisiológicas del vegetal adecuadas para su siega y posterior procesado. Así, una humedad alrededor de 32%, garantizará la fácil cosecha o siega, correcta molturación y lisis sencilla de componentes entre los que destacan proteína, fibra y almidón.

El picado del grano sólo tiene una cuestión a tener en consideración: debe romper el pericarpio, dando acceso a los microorganismos hasta el interior, donde se ubica el almidón. El tamaño final del mismo, puede oscilar entre distintos valores, si bien resulta interesante obtener un balance adecuado entre tamaño de partícula y compactación. Un tamaño de partícula menor, promueve una mayor exposición a las bacterias. Pero un tamaño de partícula demasiado fina conllevará compactación en el silo, provocando dificultades de reacción en el espacio inter-partículas y dando lugar a condiciones químicas y formación de compuestos no deseados, o al menos, no perseguidos.

El interés del Pastone: su valor nutricional

No sólo recorta el ciclo de cultivo: economizando insumos, mano de obra, emisiones atmosféricas y costes económicos, sino que este tipo de ensilado presenta atractivos datos a la hora de su incorporación en la formulación de raciones:

Con alto interés especialmente en la nutrición de rumiantes, dispone de un 7 u 8% de proteína sobre materia seca (del 30 al 35%), a lo que se añade una degradabilidad del nitrógeno que contiene del 60%. Los datos aportados por FEDNA ponen de manifiesto también la importante presencia de ácido linoleico y oleico, ácidos grasos de cadena larga con importante contenido de partículas Omega. El contenido total en fibra suele suponer un 25%, con distribución de dos a uno entre fibra no digestible y fibra altamente digestible, respectivamente. Las cenizas obtenidas de su introducción en crisol son especialmente escasas (1%).

Se trata de un ensilado considerablemente ácido, con pH alrededor de 3. En términos de micronutrientes, destaca la presencia de los elementos Fósforo (0,3%), Potasio (0,32%) y Magnesio (0,15%).

Todo ello, aunado a un alto valor energético del producto, pues éste es de 1,24 UFL/Kg, en términos de materia seca, hace del Pastone una alternativa a plantearse seriamente cuando los maíces circundantes a la explotación comienzan a espigar.

Comparte este post