El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha mostrado este lunes su confianza en que España tenga aprobado el Plan Estratégico de la nueva Política Agraria Común (Pepac) este semestre tras enviar la primera respuesta a la Unión Europea que supondrá el inicio de más reuniones técnicas

Así se lo ha explicado a los periodistas en la inauguración del Salón Gourmets, que desde ayer se celebra en el recinto ferial de Ifema, en Madrid. El objetivo, ha incidido en que, para 2023, los productores españoles puedan recibir “en tiempo y forma las ayudas de las que son acreedores”.

Planas ha valorado la transparencia del Gobierno de España, que ha remitido su respuesta a la UE, en todo este proceso de redacción y aprobación del plan. También ha subrayado su orgullo por el trabajo realizado para adaptar dicho plan a la situación actual derivada la guerra de Ucrania, eso sin perder de vista la sostenibilidad.

En esta línea, ha querido recordar medidas llevadas a cabo en España como la posibilidad de usar barbechos para sembrar más cereales y oleoginosas ante las dificultades de aprovisionamiento por la guerra de Ucrania.

La arquitectura del Plan Estratégico.

El ministro ha apuntado que Bruselas ha hecho comentarios positivos sobre la estructura económica del Plan Estratégico de España de cara a mejorar el reparto de las ayudas entre agricultores y ganaderos, de la fundamentación de la arquitectura ambiental y de la coherencia entre las intervenciones del primer pilar y el desarrollo rural. En líneas generales, España ha confirmado en su primera respuesta a la Comisión que tendrá en cuenta el nuevo contexto geopolítico derivado de la invasión rusa de Ucrania.

Durante su intervención en el Salón Gourmets, Planas también se ha referido a la cumbre con los ministros de América Latina esta semana en Santo Domingo, un encuentro que no se celebraba desde hace doce años: “Es una buena oportunidad de encuentro” para tratar los problemas de aprovisionamiento que no está asegurado en muchas partes del mundo.  Un “motivo de preocupación” y “trabajo conjunto” de los países y organizaciones internacionales como la FAO.