En ocasiones, la cría puede quedar huérfana a causa de la muerte de la madre en el parto. Pero también se da el caso de que sea rechazada.

Si se da una ‘falta de habilidad materna’, hay que para evitar la muerte del ternero. Algo que ocurre, sobre todo, en vacuno de leche. De hecho, en unos 3 casos de cada 100 nacimientos porque las vacas están acostumbradas a que se les retire rápido el ternero y acaban por perder el instinto.

A veces basta con que la vaca sienta molestias en la ubre para que, al mamar, el ternero la haga sentir dolor. Por eso es importante que, si ocurre y vemos que la madre lo rechaza, salvemos a la cría. Hay que procurarle atención urgente con la limpieza de las las fosas nasales y la boca, para que respire mejor y favorecer la prevención de problemas respiratorios futuros.

Llevarlo a un lugar cálido y seguro para protegerlo y asegurarnos de que reciba su primer alimento de forma segura (manualmente con un biberón,  por ejemplo) y adecuada (2 litros de calostro en sus dos primeras horas de vida y 1 o 2 litros en las siguientes 12 horas).

Hay casos en los que la vaca rechaza al ternero, pero si éste consigue levantarse y mamar, la madre lo identifica y mejora su habilidad materna, consolidando su lazo. En otros, se puede intentar acercar al ternero si ya se mantiene en pie para que la madre lo identifique. Y aunque sea más factible en vacuno de carne, también es posible buscarle una madre sustituta.

Una vez cuidemos estos aspectos, tener en cuenta que a en torno a los 10 días comenzaremos su desparasitación y sobre los tres meses comenzaremos su protocolo de vacunación.