Los productos lácteos contienen muchos nutrientes infraconsumidos y que son una fuente de proteínas de la más alta calidad en la dieta humana. Además, su consumo se vincula con un menor riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2 e hipertensión, con una mejor densidad mineral ósea en niños y adolescentes y con beneficios cardiovasculares y musculares, aparte de mejorar la función inmunológica.

En un webinar organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Plataforma Global de Productos Lácteos (GDP, por sus siglas en inglés) y USDEC, se analizó el rol fundamental de los lácteos en el desarrollo socioeconómico mundial y los avances hacia una producción más responsable y sostenible.

Por lo tanto, son fundamentales las regulaciones basadas en ciencia para apoyar la seguridad y la salud de los consumidores, así como políticas que permitan mejoras tecnológicas a la vez que se preserva la integridad de los productos lácteos.

La verdad es que desde este rincón sabatino no nos cansaremos de repetirlo. El consumo de leche y productos lácteos contribuye decisivamente a una mayor salud de las personas. Sus ventajas son innumerables, y únicamente los intereses creados alrededor de otras bebidas que ya quisieran parecerse a la leche, pueden ir en contra de la realidad científica.