Es un tema al que ya hemos aludido en más de una ocasión en este rincón de los sábados en los que pretendemos dar una visión más sosegada a la realidad… pero también con un puntito de sarcasmo e ironía. Se trata de la revolución que se nos viene encima a los sectores ganaderos desde las cocinas. Liderados por los cocineros y los renombrados chefs que en muchas ocasiones han tomado las pantallas de televisión, los gustos gastronómicos son la cúspide de la pirámide de todo un cambio que afecta a la sociedad en general, y por lo tanto a los sistemas de producción y a la búsqueda de los productos de calidad, tanto en carne como en leche.

Hay que tener en cuenta que los consumidores de hoy en día son cada vez más permeables a lo que ocurre en la alta gastronomía, sobre todo por el papel fundamental que están desarrollando los medios de comunicación. Por lo tanto, ya todo el mundo saber distinguir los diferentes orígenes de la leche que se destina a la elaboración de los productos lácteos y diferencia entre el solomillo, el entrecot y el filete.

Por esa razón, hay que ser cada vez más cuidadosos en la producción. La calidad, la seguridad alimentaria y la trazabilidad deben ser los objetivos de los ganaderos para garantizar que los productos que llegan al mercado cumplen con todos los estándares esperados por los consumidores. Como siempre, la información juega un papel clave.