La internacionalización del sector cárnico español se ha convertido en la más importante vía de diversificación y en una útil herramienta de las empresas para la comercialización de sus productos, principalmente en terceros países. En especial, se pone el acento en la excelencia, variedad, seguridad y calidad de los productos, además de dar a conocer la apuesta de España por el bienestar animal y la sostenibilidad e innovación a lo largo de todo el proceso productivo.

No lo decimos nosotros. Lo dijo el propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) en la pasada semana cuando se renovó el convenio con algunas organizaciones interprofesionales, entre ellas la de Provacuno, para la promoción de la carne española en foros internacionales.

Los canallas del sábado estamos de acuerdo con esa reflexión. Hace falta mucha promoción en los circuitos exteriores, porque el sector cárnico español es dependiente en gran parte en la actualidad de todo lo que ocurra fuera de nuestras fronteras, ya que la exportación se está convirtiendo en la salvación del sector.

Sin embargo, ese hecho no puede hacer olvidar que España también necesita su propio consumo interno. La promoción también es fundamental en este ámbito. Ahí también hay que volcar los esfuerzos.