#sábadocanalla: Un país en continua interrupción
Los canallas nos hemos acordado mucho durante esta semana de esas promesas de los políticos que se quedan en agua de borrajas pocos meses después de hacerlas. Incluso, tienen la ventaja de que la sociedad se olvida de que se han hecho esas promesas. Pero nosotros no olvidamos. Nos referimos a aquella promesa de agrupar los festivos para evitar los puentes kilométricos y los acueductos del calendario. Fue promovida por un partido político en concreto, pero aplaudido por otros. Es cierto que sería muy fuerte cambiar el 25 de diciembre aunque caiga en miércoles, o el 1 de enero, incluso la festividad de los Santos… Pero sinceramente, hoy en día, no creemos que nadie planifique sus comidas familiares y sus eventos para hacerlo coincidir con el día de Constitución o con la Inmaculada Concepción. Vamos, que da lo mismo que sean 6 y 8 de diciembre a que fueran 1 y 2 de diciembre, jueves y viernes, por poner un ejemplo. Aquellas promesas se las ha llevado el aire…
Nos hemos acordado esta semana por razones obvias. Porque hemos vivido la semana de la persiana: hoy se abre, hoy se cierra, hoy se abre, hoy se cierra… Una semana en la que todos los días laborales eran lunes y viernes al mismo tiempo. Una disposición totalmente ilógica.
Saben muy bien nuestros lectores, especialmente los ganaderos, que la producción no para. Las vacas no saben de constituciones ni de concepciones, pero sí las empresas de suministros o las gestiones que tienen que realizarse ante las administraciones públicas. El país se paraliza por dos festivos puestos ahí en medio del calendario. Mientras tanto, los ganaderos siguen trabajando mucho y bien. Sea día laboral, festivo, sábado o puente. Y nosotros estamos con ellos.