No sabemos si será muy generalizado en nuestra sociedad, pero los canallas de VACUNO DE ÉLITE tenemos una experiencia común de nuestra infancia, así que sospechamos que esta historia le será familiar a más de uno. Se trata de nuestras respectivas abuelas, animando a que consumiéramos leche y productos lácteos. “Toma la leche, que es muy buena por el calcio”. ¿Agradeceremos alguna vez a nuestras abuelas esos sabios consejos que nos han llevado a ser grandes consumidores de productos lácteos?

En esa misma dinámica, la Organización Inteprofesional Láctea (Inlac) lleva durante todo el verano promoviendo el consumo de leche y productos lácteos con el aliciente de que se trata de una fuente natural de calcio, lo que redunda en una mejora de la salud. “El calcio es un mineral importante para nuestros huesos y dientes pero también es necesario para nuestros músculos, sistema nervioso y corazón. Nuestro cuerpo no lo produce de forma natural, lo adquirimos únicamente a través de la dieta. La leche y los lácteos constituyen la principal fuente de calcio en nuestra alimentación. Si existe dé­ficit de este mineral, nuestro cuerpo lo extraerá de los huesos, debilitándolos. Los expertos recomiendan una ingesta de entre tres y cuatro raciones diarias de lácteos”, destaca Inlac.

Por si aún no te ha convencido, la interprofesional también recuerda los beneficios del calcio: defensa frente a las infecciones; imprescindible para un crecimiento y desarrollo físico normal; protege de la osteoporosis y, cuando ya se ha producido, es útil en su tratamiento; salud dental: forma el esmalte, conserva los dientes y previene de caries; disminuye la tensión arterial y el colesterol, por lo que es ideal para la prevención de enfermedades cardiovasculares.