Un estudio científico afirma que el consumo de carne roja no es dañino para la salud

Una investigación internacional sobre el consumo de carnes rojas y procesadas determinó que múltiples estudios, que durante décadas han señalado el peligro de estos productos para la salud, no tienen fundamento suficiente. Los investigadores, que publicaron su hallazgo en la revista Annals of Internal Medicine , concluyeron que los beneficios para la salud de reducir el consumo de las carnes rojas y procesadas son pocos, si es que los hay, y no suficientes para decirle a la gente que deje de ingerirlas. De hecho, de los 14 autores de los análisis, 11 recomendaron al público mantener sus hábitos de consumo de estas carnes, mientras que tan solo tres expresaron una “leve sugerencia” para que los reduzcan, según publica La Vanguardia.

Los científicos cuestionan así las directrices de la Organización Mundial de la Salud, así como de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer y de la Asociación Estadounidense del Corazón, que durante años han defendido que las rojas y procesadas aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer. “La certeza para demostrar estas reducciones de riesgo fue entre baja y muy baja”, dijo el epidemiólogo de la Universidad de Dalhousie (Canadá) Bradley Johnston, líder del grupo de investigadores bautizado como NutriRECS. De hecho, los investigadores indican en sus conclusiones que los beneficios de reducir el consumo solo se perciben al tomar grandes muestras de población, por lo que recomendar a los individuos que cambien sus hábitos no es necesario.

“No están diciendo que la carne tenga menos riesgos, lo que están diciendo es que el riesgo con el que todo el mundo está de acuerdo es aceptable para las personas”, indicó a la CNN Marji McCullough, directora científica de epidemiología de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer.

Por el contrario, diversos científicos de la Universidad de Harvard dijeron en un comunicado que el nuevo estudio “perjudica la credibilidad de la ciencia de la nutrición y erosiona la confianza pública en la investigación científica”.

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