Un informe desvela las diferencias entre granjas de vacas nodrizas por comunidades autónomas

El último informe sobre las explotaciones de vacas nodrizas de la Red Nacional de Granjas Típicas (Rengrati) deja una interesante visión de las diferentes características de las granjas españolas, según la ubicación en las distintas zonas productivas.

 

Galicia

Estas explotaciones disponen entre 0,5 y 1 ha de prados por vaca aproximadamente, que cubren los requerimientos alimentarios de los animales durante buena parte del año sin apenas necesidad de suplementación. Es importante destacar que en estos sistemas, los terneros permanecen con sus madres hasta la edad de sacrificio (entre 8-10 meses) sin pasar por una fase intermedia de cebo. La ausencia de fase de cebo es sustituida por una suplementación alimentaria de los terneros con pienso compuesto desde los primeros meses de edad.

Como razas predominantes se utilizan la Rubia Gallega y sus cruces con otras razas. Por último, destacar que su producción se encuentra regulada bajo la I.G.P (Indicación Geográfica Protegida) ‘Ternera Gallega’, cumpliendo las condiciones establecidas en el Reglamento de esta IGP.

 

Asturias y Cantabria

Los tamaños de las explotaciones se encuentran en un rango que va desde los 17 a las 119 vacas aproximadamente, para este estudio realizado por Rengrati. Aparte de los pastos particulares de cada productor, existen zonas de pastoreo comunales, con pastos menos productivos, que los animales aprovechan a diente. La disponibilidad de pastos está alrededor de 1 hectárea por vaca, pero los forrajes no son en general tan productivos como en la zona de Galicia, por tanto se requiere algo de suplementación en los meses más duros de invierno y durante una temporada en verano, esto para las zonas más secas de la región.

Una parte de la ganadería de la zona se traslada en verano a los puertos de montaña, en busca de mejores pastos, pero este sistema de trashumancia está en recesión.

Como razas predominantes se emplean las autóctonas puras o bien cruzadas con Pardo-Alpina o Limusín.

 

Castilla y León

Las explotaciones de esta unidad se caracterizan por tener unos tamaños superiores (de 80 a 155 vacas por explotación) a los registrados en las explotaciones de la Cornisa Cantábrica. En estos casos, la necesidad de superficie también es superior (alrededor de las 2 hectáreas de pastos por vaca), dadas las menores producciones forrajeras de estas zonas. Los tipos de suelo y la climatología favorecen la estacionalidad de la producción herbácea, circunstancia que obliga a períodos más o menos largos de suplementación alimenticia.

Las razas más habituales son las razas autóctonas (Avileña y Morucha principalmente), además de sus cruces con otras razas (fundamentalmente Limusín y Charolés). Por último, indicar que la actividad de vaca nodriza se suele compaginar con la de cebo o engorde de un número variable de terneros, agrupando los de producción propia con otros comprados en mercados locales y/o regionales.

 

Andalucía y Extremadura

Entre las principales características de las explotaciones de esta unidad, cabe destacar que se caracterizan por tener unos tamaños que oscilan entre las 83 y las 182 vacas por granja. La disponibilidad de superficie en este caso es inferior, rondando las 1,5 hectáreas de dehesa por vaca, y se compagina con otros usos (porcino ibérico y ovino principalmente). Este doble uso de la superficie de pastos, junto a la estacionalidad de la producción forrajera, obliga a la suplementación de los animales durante ciertas épocas del año.

Como razas predominantes se utilizan la Retinta y los cruces de esta con otras razas (Limusín o Charolés fundamentalmente).

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