La investigación como aliada para el progreso de la industria cárnica

La industria cárnica lleva varias décadas confiando en la ciencia para avanzar en la mejora de la calidad y la seguridad de sus productos. La investigación y la innovación son, desde hace años, elementos clave a la hora de optimizar las cualidades organolépticas y nutricionales de la carne y los derivados cárnicos, para dar respuesta de este modo, por un lado, a las demandas de un consumidor cada vez más exigente, y por otro, a los requisitos sanitarios de las instituciones alimentarias.

Así, tal y como señalan desde la plataforma Carne y Salud y recoge Provacuno, se han logrado avances significativos en cuanto la mejora de la calidad nutricional, como la puesta en marcha de nuevas tecnologías capaces de modificar el perfil nutricional de alimentos como los derivados cárnicos reduciendo su contenido en grasa o sal o sustituyendo ciertos aditivos por otros productos naturales como cebolla o pimienta negra.

En cuanto a la mejora de la calidad organoléptica de la carne, se han desarrollado técnicas como la microencapsulación, consistente en recubrir determinados compuestos de interés alimentario con materiales específicos para que se liberen de manera controlada o gradual con el objetivo de evitar el deterioro de las características sensoriales o protegerlo frente a agentes externos alterantes.

Otro de los avances significativos, fruto de la inversión en investigación e innovación por parte de la industria cárnica, es el desarrollo de nuevas técnicas de conservación y envasado, aspecto esencial para ampliar el tiempo de vida útil de los alimentos.

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